🔳BMW 325xi AC Schnitzer X-Road AWD

Mi propia versión de camper, por sexta vez.

Bienvenido/a al Familiar - Dora The RV V4

Convertir un auto en un camper es mucho más que un proyecto mecánico: es una declaración de libertad. En esta guía te muestro cómo transformé un BMW 325xi Touring con 300.000 km —y sus buenos años encima— en un espacio habitable y funcional. Porque la sostenibilidad, el minimalismo y la autonomía no necesitan lujo, solo ingenio y voluntad.

Punto de partida - Comprar el Auto

Todo viaje empieza con un primer paso, y el mío fue enfrentar la realidad del vehículo tal como llegó: con algunos detalles en la carrocería, una pérdida de aceite evidente y 300.000 kilómetros que contaban historias. No es perfecto, y no tiene que serlo. La belleza de este proceso está en ver el potencial donde otros ven un auto viejo. Aquí comienza la transformación: con honestidad, con las manos un poco sucias y con la visión clara de convertir este BMW en una casa sobre ruedas.

Carrocería

El primer gran paso fue devolverle dignidad a la carrocería. Cada abolladura, cada roce, contaba una historia… pero también pedía renovación. Ahí conocí a Alex, alguien que entiende de metales y paciencia. Con manos precisas y ojo atento, fue puliendo cada detalle con dedicación y respeto por el vehículo.

Ver cómo el exterior recuperaba forma fue casi simbólico: este no es solo un auto que se transforma, es una idea que cobra fuerza. Un nuevo comienzo, desde afuera hacia adentro.

Resultado

Llantas - Un capricho bien puesto

Aunque no era prioridad en la conversión, a veces hay decisiones que se toman con el corazón. Encontré el mismo diseño de llantas originales en 19", en negro, y no me pude resistir. Era un pequeño lujo visual, una forma de revalorizar el conjunto sin romper la esencia del proyecto.

No se trata solo de funcionalidad. A veces, esos detalles que parecen innecesarios son los que nos conectan emocionalmente con lo que estamos creando. Y en este caso, la estética también aporta carácter. Ahora el BMW no solo se prepara para vivir aventuras… también las pisa con estilo.

Tengo que admitirlo: el estilo que tomó con las llantas negras no es del todo mi favorito. Cambiaron la vibra del auto más de lo que imaginaba. Pero también entiendo que este es solo un momento dentro de un proceso mucho más grande.

Lo miro y, aunque no me enamore a primera vista, sé que hay un buen futuro esperándolo. Porque lo importante no es cómo se ve ahora, sino hacia dónde va. Y lo que viene después —esa transformación que ya está tomando forma en mi cabeza— lo va a poner en su lugar.

Porta equipaje - Estilo con propósito

En el camino de transformar un auto en camper, cada decisión cuenta. Y esta vez, fue una mezcla perfecta de intuición, estética y necesidad. Encontré por internet un porta equipaje enorme —literalmente se llama Excellence, de Thule— y supe al instante que era la pieza que faltaba.

La capacidad de almacenamiento era clave. No quería romper la línea del auto con una carpa en el techo ni arruinar la aerodinámica. Mi idea era clara: o dormir adentro, o afuera en carpa, pero siempre mantener el diseño fluido y funcional. Y este baúl lo hacía posible.

Lo mejor: venía en los mismos tonos que el auto, y con un diseño de “X” en la parte superior que parecía hecho a medida para el modelo X-Road. Ahora sí, con las ruedas negras y este detalle arriba, el auto empieza a hablar por sí solo. No grita que es un camper, pero deja claro que está listo para la aventura. Una nave discreta, pero con carácter.

Gancho - Preparado para remolcar sueños

Pensando en la versatilidad del proyecto, supe que en algún momento iba a necesitar más capacidad: ya sea para llevar una bici, una moto, un pequeño camper o simplemente más cosas en un remolque. La libertad también es tener opciones, y para eso, hacía falta algo clave: un gancho de remolque.

Colocarlo fue una decisión práctica, pero también simbólica. Este BMW no solo se transforma en un espacio habitable, sino también en una plataforma móvil para nuevas ideas. Porque cuando uno viaja, nunca sabe qué aventuras van a sumarse al camino. Y mejor estar listos.

Espejos Laterales - Errores, lijas y aprendizajes

Uno de esos detalles que parecen menores, pero que terminan pesando en el día a día: el espejo lateral del conductor no cerraba. Estaba completamente bloqueado, y eso, además de incómodo, no era seguro. Así que decidí resolverlo por mi cuenta.

Encontré por internet un par de espejos de segunda mano en Holanda, y los pedí. Llegaron bien… pero había un problema: no eran del modelo e46, sino del e36. Error de ellos. Pero yo ya los había lijado y pintado con cuidado, dándoles una nueva vida.

Aun así, los devolví, respiré hondo y empecé de nuevo cuando llegaron los correctos. Segunda mano, sí, pero funcionales y, esta vez, compatibles. Volví a lijar, volví a pintar, y finalmente los instalé. Ahora el espejo cierra, y yo también cerré un pequeño ciclo de frustración y aprendizaje que hace parte de cualquier transformación real.

Faros - Claridad al frente

Las luces delanteras tenían un detalle que no podía ignorar: el plástico protector estaba agrietado, con marcas por donde entraba agua. Eso generaba humedad interna y empañaba la visibilidad, tanto visual como estética.

No es solo un tema de cómo se ve —aunque también—, sino de cómo se ilumina el camino. Así que decidí cambiar los protectores por unos nuevos. Un gesto simple, pero que suma claridad, seguridad y presencia al frente del vehículo. Porque si algo aprendí en este proceso, es que ver bien hacia adelante también es parte de viajar con libertad.

Calipers - Un toque rojo... ¿o no?

En un arranque más deportivo que racional, decidí pintar los brake calipers de rojo. Quería darles un toque enérgico, algo que resaltara visualmente entre la sobriedad del diseño general. Y sí, el resultado fue llamativo: combinaban muy bien con las luces traseras y sumaban un guiño más agresivo al conjunto.

Pero después me lo cuestioné. Tal vez un negro o un gris clásico hubiera acompañado mejor la idea de un camper discreto, elegante y funcional. A veces, los detalles que parecen menores despiertan conversaciones internas inesperadas. Aun así, el rojo quedó, y por ahora le da al auto un aire más vivo, como recordando que también hay espacio para jugar en medio de la planificación.

Geometría: alineando más que ruedas

Después de tantos arreglos estéticos y funcionales, era momento de algo fundamental: la geometría. Hacerle este trabajo fue como darle un nuevo eje al proyecto, literalmente. No se trata solo de que el auto se sienta más firme o responda mejor al volante, sino de asegurarse de que todo esté en su lugar, alineado y equilibrado para lo que viene.

En un vehículo con 300.000 km y un nuevo propósito por delante, la precisión importa. Quiero que esta nave no solo se vea bien, sino que ruede con confianza y seguridad en cada curva del camino.

Nombre y carácter: Dora the RV — versión 4

Cada proyecto necesita un alma, y la mía siempre tuvo nombre: Dora the RV. Esta es la versión 4, y aunque el vehículo cambie, el espíritu se mantiene. Colocar los stickers fue más que una cuestión estética: fue un acto de identidad. Como tatuar un compromiso con el viaje, con la idea, con el estilo de vida que elijo.

Con este último detalle, doy por cerrada la etapa exterior. Todo lo que sigue ahora será hacia adentro, construyendo el espacio habitable que transforme esta nave en un verdadero refugio móvil. Dora ya está lista para comenzar a latir desde adentro.

Cabezales - Branding con calor… y error

Quise empezar el interior con un toque personal: unas fundas para los cabezales con el logo de Dora the RV, como ya había hecho en el proyecto del Hummer. Era un gesto simple, pero cargado de identidad. Algo que marcara la intención desde el asiento.

Pero esta vez, la combinación de tela y calor no funcionó. El material no aguantó el proceso y terminó quemándose más de la cuenta. El resultado no fue el que imaginaba, y aunque me encanta dejar mi huella en cada rincón, decidí quitarlas.

A veces hay que soltar lo que no encaja, incluso si lleva tu nombre. El interior va a tener su propio lenguaje, y quizá ese logo aparezca más adelante, en otro lugar, de otra forma. Esto recién empieza.

Carpa - Probar afuera antes de construir adentro

Antes de lanzarme de lleno a construir el interior, quise experimentar una opción más libre: dormir afuera. Compré una carpa en Decathlon y un par de colchones inflables. La calidad, impecable. La comodidad, mejor de lo esperado. Fue una buena manera de probar cómo se siente dormir cerca del auto, sin modificar aún el espacio interior.

Pero como todo en este proyecto, también pesó lo práctico: transportar la carpa y los colchones ocupaba demasiado lugar dentro del auto. Y en un vehículo donde cada centímetro cuenta, eso marcó la diferencia.

La experiencia fue positiva, pero reafirmó una idea que ya venía rondando: si quiero verdadera autonomía, tengo que hacer que el interior funcione como un hogar. Compacto, funcional, y listo para cualquier momento.

Stereo

Tecnología con promesa… y límites

Como parte del interior, decidí actualizar el sistema de sonido e infoentretenimiento. Compré un estéreo Android —una de esas pantallas chinas que parecen un iPad— con CarPlay para iPhone. Grande, luminosa, y en principio, muy prometedora: podía mostrar todo lo que necesitaba para el viaje, desde GPS hasta Spotify.

El desafío vino al instalarlo. En este modelo, todas las conexiones originales están en el baúl, así que para evitar cortar cables y respetar la instalación de fábrica, pasé un cable nuevo de 5 metros hasta el frente. Un trabajo meticuloso, pensado para que todo quedara prolijo y reversible.

Pero tras probarlo varias veces, el entusiasmo se fue apagando. La pantalla se colgaba, iba lenta, y en lugar de facilitarme las cosas, me las complicaba. Los botones eran simples, de plástico, y no hacían justicia al diseño general. En resumen: no cumplía con lo que buscaba.

Fue una de esas lecciones del camino: no todo lo brillante funciona bien. Y en un proyecto así, donde la comodidad y la funcionalidad son clave, eso pesa más que cualquier pantalla grande.

Un lujo real: tecnología que sí acompaña

Después de la experiencia frustrante con el estéreo anterior, el proceso me llevó a descubrir Eonon, una marca especializada en sistemas de audio de alta gama para BMWs clásicos como este. La diferencia fue inmediata.

La pantalla era más chica, sí, pero totalmente táctil, sin botones plásticos ni adornos innecesarios. Simple, funcional y elegante. Reflejaba todo lo que necesitaba: GPS, CarPlay, música, info del vehículo… sin retrasos, sin cuelgues.

Gracias a que ya tenía el cable de 5 metros instalado, el cambio fue muy rápido: solo saqué el viejo, conecté el nuevo, y listo. Desde entonces, todo fluye como debe. Esas pequeñas decisiones bien tomadas hacen una diferencia enorme en el día a día. Ahora sí, el interior empieza a hablar el mismo idioma que el proyecto entero: funcionalidad, minimalismo, y un toque de placer.

Un detalle que suma: conexión USB al frente

Para completar la instalación del nuevo estéreo Eonon, encontré un dash kit que incluía puertos USB accesibles desde el frente. Puede parecer un detalle menor, pero hace una gran diferencia.

El estéreo tenía conexión USB, sí… pero solo desde la parte trasera, lo que no es nada práctico cuando necesitás cargar el teléfono o conectar algo rápido en ruta. Con este nuevo panel, la funcionalidad ganó en comodidad, sin cables colgando ni soluciones improvisadas.

Otra mejora mínima en apariencia, pero enorme en uso diario. Porque cuando cada elemento del interior está pensado con intención, la experiencia cambia por completo. Ahora sí, tecnología integrada de forma elegante, y lista para acompañar cada kilómetro.

Aprovechando la instalación del nuevo estéreo, decidí sumar una cámara trasera conectada directamente a la pantalla. Una mejora simple, pero clave, especialmente en un auto que ahora lleva un gran porta equipaje y carga en el baúl.

La visibilidad hacia atrás ya no era la mejor, y si este BMW va a recorrer rutas, estacionar en lugares chicos o maniobrar con un remolque, ver con claridad es indispensable. La cámara se integró perfectamente al sistema nuevo, y cada vez que pongo reversa, aparece la vista trasera de forma fluida, sin demoras ni errores.

El Mueble

Cocina, cama y refugio móvil - El corazón del interior

Con el exterior listo y la tecnología funcionando, llegó el momento de transformar el interior. Empecé por el mueble central, diseñado con una lógica clara: cada centímetro debe tener un propósito. En un solo cuerpo compacto, armé una pequeña cocina con dos hornallas cubiertas por una tapa de vidrio, un cajón funcional que se convierte en mesita con luz LED, y espacio para guardar utensilios y comida en tuppers.

Todo encaja justo a medida, aprovechando la forma del baúl y alineándose con la tapa que cubre la rueda de auxilio. Debajo, hay lugar para una botella de gas y un tanque de agua de 20 a 30 litros. Minimalismo, sí, pero sin renunciar a lo esencial.

Cuando bajo los asientos traseros y los delanteros se reclinan hacia adelante, el mueble se extiende hasta completar una superficie de 1.90 m. El resultado: una cama cómoda para dos personas, alineada, firme, protegida. Tal vez no haya tanto espacio de altura, pero sí lo suficiente para dormir estirados, secos y tranquilos bajo la lluvia.

El concepto no es lujo, es libertad. Este no es solo un mueble: es cocina, cama y refugio. Es hogar, en cuatro ruedas.

Tecnología, identidad y diseño: cuando el mueble también habla

En esta etapa del proyecto quise ir más allá de lo funcional y empezar a explorar nuevas tecnologías que no había usado en mis campers anteriores. Gracias al Orange Fab Lab de Be Central, tuvimos acceso a herramientas que abrieron otra dimensión en el diseño.

Usamos una máquina láser para grabar un diseño en el frente del cajón de la cocina. Fue un gesto sutil pero potente: dejar una marca visible, una firma que transmite identidad y propósito. Dora the RV ya no era solo funcional, ahora también contaba su historia desde la forma.

Intentamos trabajar con la CNC para los huecos del módulo de la cama, pero al final optamos por lo artesanal: perforadora y cabezales de distintos tamaños. La idea era clara —aligerar peso, permitir respiración del colchón, y dejar, incluso en los huecos, una expresión visual que hablara de este proyecto.

No es sólo una cuestión estética. Es una búsqueda constante de equilibrio entre lo hecho a mano y lo asistido por tecnología, entre lo útil y lo simbólico. Porque cada parte del interior también puede ser un mensaje.

Colchón a Medida

Para completar el espacio de descanso, el colchón tenía que ser especial. No solo por la comodidad —que es clave—, sino porque debía encajar perfectamente en el diseño del mueble-cama, sin desperdiciar ni un centímetro.

Lo armamos a medida, junto a una amiga argentina que vive en Bruselas. Fue un proceso artesanal, compartido, con mate de por medio y muchas ideas cruzadas. Elegimos materiales cómodos, plegables y fáciles de mover, pensando en que el interior debía seguir siendo funcional durante el día.

No hay nada como dormir sobre algo que construiste con tus propias manos, y con ayuda de personas que suman su energía al camino. Este colchón no vino de una tienda: vino de la comunidad, de la creatividad compartida, y de ese deseo constante de hacer que cada detalle tenga sentido.

Presentación oficial: picnic, amigos y un castillo

Después de tantas horas de trabajo, pruebas, aprendizajes y pequeños triunfos, llegó el momento de compartir. Invité a algunos amigos a un parque con castillo —porque todo proyecto épico merece un escenario digno— y presentamos oficialmente esta nueva versión de Dora the RV.

Hicimos un picnic simple pero lleno de alegría. Compartimos comida, risas y recorrimos el auto mientras contaba cada etapa del proceso. Fue hermoso ver cómo algo tan personal también puede inspirar a otros. Porque al final, no se trata solo de un vehículo convertido en camper. Se trata de libertad, creatividad, comunidad... y de demostrar que otra forma de vivir es posible.

Este fue el cierre simbólico del proyecto. Aunque, como todo viaje, en realidad es solo el comienzo.

Photos of DRV4 by Marco Pisanu

Transformar una Station Wagon como la BMW 325xi en un espacio para viajar es un desafío creativo que demuestra que no necesitas mucho para explorar. Si buscas ideas innovadoras para optimizar espacios pequeños, soluciones inteligentes de almacenamiento o cómo mantener la discreción sin sacrificar la funcionalidad, una charla con Dora podría ser el empujón que necesitás para sacar el máximo partido a tu vehículo.

www.doradicehola.com

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